Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional

 

Presentación

Premio de Arquitectura Tradicional

El Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional tiene como fin difundir el valor de la arquitectura tradicional como referente para la arquitectura de nuestro tiempo. Con él se reconocen desde 2012 trayectorias profesionales que hayan destacado en este campo en el ámbito territorial de España y Portugal, las de aquellos que hayan contribuido especialmente a la continuación de la tradición arquitectónica, tanto en la restauración del patrimonio arquitectónico y urbano como en la realización de obras de nueva planta que, basadas en las tradiciones locales, sean capaces de integrarse armónicamente en dichos conjuntos

Este galardón se concedió por primera vez en octubre de 2012. En 2017, gracias a la colaboración de la Fundaçao Serra Henriques, y con el Alto Patrocinio de su Excelencia el Presidente de la República de Portugal, el premio se extendió también a Portugal, otorgándose a profesionales que ejercen la profesión en cualquiera de los dos países. Hasta 2021 el premio fue anual, mientras que será bienal en adelante.

 

¿Quién lo convoca y organiza?

Está organizado por la Fundación Culturas Constructivas Tradicionales con la colaboración de INTBAU España, INTBAU Portugal, Kalam, la Fundação Serra Henriques, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Ordem dos Arquitetos y cuenta con el Alto Patrocinio de Su Excelencia el Presidente de la República de Portugal. Todo ello gracias a Richard H. Driehaus.

 

¿A quién se premia?

Este premio, a diferencia de muchos otros, no tiene por fin honrar a los arquitectos cuyas obras representen mejor las últimas tendencias arquitectónicas, ni aquellos cuyas intervenciones supongan vanguardistas transformaciones de nuestro patrimonio, sino, por el contrario, a quienes a lo largo de su carrera profesional hayan contribuido con su obra a la conservación, continuación y adaptación a las necesidades contemporáneas de las tradiciones constructivas, arquitectónicas y urbanas propias de aquellos lugares en los que hayan intervenido.

Se trata, por tanto, de profesionales que, lejos de buscar notoriedad y novedad con sus actuaciones, desempeñan una importante labor que, sin embargo, pasa con frecuencia desapercibida, dada su manifiesta continuidad con el pasado, resultando a menudo poco reconocida.

 

¿Con qué finalidad?

La institución de este premio tiene por fin revertir esta situación en ambos países, cuya particular identidad tradicional se halla hoy, ante el avance de la globalización, más que nunca amenazada. Se honra así a quienes vienen desempeñando esta labor, contribuyendo con ello a promover una mejor conservación de nuestro patrimonio arquitectónico y paisajístico.

 

El galardón

El Premio Rafael Manzano, gracias a la generosidad del empresario americano Richard H. Driehaus, está dotado con 50.000 euros y una medalla conmemorativa.

 

Rafael Manzano Martos

Rafael Manzano

 
El premio toma su nombre del arquitecto Rafael Manzano Martos, quien ha dedicado su vida profesional a la preservación del patrimonio arquitectónico y urbano español, tanto a través de la restauración, como del diseño de nuevas arquitecturas basadas en ese patrimonio. Esto le valió ganar en el año 2010 el premio internacional Richard H. Driehaus, siendo con ello el primer y, por el momento, único arquitecto en la Península Ibérica en haber recibido este galardón.

Galardonados desde 2012

En la primera edición el Jurado decidió otorgar este Premio al arquitecto Leopoldo Gil Cornet por las obras de restauración de la Real Colegiata de Roncesvalles (Navarra), que se desarrollaron entre 1982 y 2012. En estas obras, durante sus casi treinta años de intervenciones, el premiado fue enfrentando y resolviendo con éxito una muy variada problemática, devolviendo con ello al conjunto y al lugar buena parte de la vitalidad perdida y contribuyendo también al desarrollo sostenible de la región y desempeñando así mismo una importante labor social.

En el año 2013 el II Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional fue otorgado a Ignacio de Medina y Fernández de Córdoba, Duque de Segorbe, y al arquitecto Luis Fernando Gómez-Stern por sus obras de restauración en el amplio conjunto de arquitectura doméstica hoy conocido como Casas de la Judería de Sevilla. Por iniciativa particular de Ignacio de Medina fueron adquiriéndose y rehabilitándose progresivamente cuantas casas fue posible salvar de un barrio previamente muy degradado y abandonado a su suerte por las administraciones competentes. Casas nobles y populares se restauraron con idéntico rigor, estudiándose y recuperándose sus formas y acabados tradicionales. Con ello, se revitalizó y se devolvió la primitiva belleza a un característico barrio del centro histórico sevillano, fundamental para comprender la verdadera identidad de esta ciudad.

El Premio Rafael Manzano 2014 recayó en los arquitectos bilbaínos Javier Cenicacelaya e Íñigo Saloña en reconocimiento a sus trabajos tanto de obra nueva como de rehabilitación, siempre respetuosos con el paisaje local y las tradiciones arquitectónicas de los lugares en los que se asientan, y a su defensa durante décadas de las arquitecturas clásicas y vernáculas a través de múltiples conferencias, exposiciones y publicaciones.

Donald Gray fue galardonado con el Premio Rafael Manzano 2015 por toda una vida profesional dedicada a dar continuidad a las tradiciones arquitectónicas españolas, trabajando siempre por incorporarlas a la práctica contemporánea, por actualizarlas y por mantenerlas vivas no sólo en la conservación de conjuntos urbanos existentes, sino también en la creación de otros de nueva planta, tomándolos como referencia para ello. Comenzó a trabajar en la Costa del Sol cuando ésta era aún un verdadero paraíso natural, planteando una bella alternativa, al urbanismo insostenible que se adoptaría generalmente para dar respuesta a la demanda del turismo de masas. Trabajó en la recuperación de los oficios que habían dado forma a las arquitecturas propias de la región, destacando en este sentido su labor al frente de la Escuela de Oficios de Lebrija. Afincado posteriormente en La Alpujarra granadina, continuó desde allí trabajando hasta el último día por la preservación de las singulares identidad y belleza de los núcleos urbanos de este entorno.

En 2016, el quinto Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional fue concedido a Enrique Nuere, quien no sólo ha destacado por su magnífica labor restaurando artesonados tradicionales y diseñando otros nuevos, sino que ha sido posible, gracias a él, recuperar los conocimientos de un oficio cuyos pormenores, codificados antes de ser olvidados, nadie había podido aún desentrañar, así como revitalizarlo tanto desde la docencia y la investigación como desde la propia práctica profesional. Hoy son numerosos los estudiosos y artesanos que se ocupan de esta técnica tradicional siguiendo el camino por él redescubierto y activamente difundido.

El VI Premio Rafael Manzano, que en el mismo año 2017 se amplió para incluir trabajos realizados en Portugal, fue otorgado al arquitecto portugués José Baganha. Su trayectoria es muestra de una firme voluntad de preservar y dar continuidad a las tradiciones arquitectónicas de las regiones en las que ha trabajado, así como de actualizarlas, buscando siempre adecuarlas a los requerimientos de nuestro tiempo. El conjunto de su obra es un modelo de atención y respeto por su contexto, sea éste de carácter más urbano y clásico o más rural y vernáculo. En este sentido, deben destacarse sus estudios sobre la arquitectura tradicional de la región del Alentejo, que han fundamentado sus múltiples proyectos construidos en esta zona, tan contemporáneos como respetuosos con la identidad y la cultura locales.

Juan de Dios de la Hoz fue galardonado con el Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional 2018 por el dominio de las formas y de las técnicas tradicionales e históricas mostrado en muchas de sus intervenciones en el patrimonio histórico, y especialmente en aquellos monumentos que, arruinados, han requerido importantes trabajos de reconstrucción. Entre estas obras destacan las realizadas en Lorca, reconstruyendo los principales edificios de la ciudad arruinados o dañados por el terremoto que afectó a la localidad en 2011.

El VIII Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional fue otorgado a los arquitectos portugueses Antonio María Braga y Alberto Castro Nunes, quienes han destacado en la práctica de las tradiciones arquitectónicas portuguesas, tanto en la realización de nuevos edificios clásicos y vernáculos, en su mayoría encargados por diversas administraciones públicas, como en sus intervenciones sobre edificios existentes. En el desarrollo de esta labor es notorio su fuerte compromiso con los materiales naturales y los oficios tradicionales de la construcción, buscando que sus obras se caractericen por su durabilidad, su sostenibilidad y su belleza. Se trata en general de obras de pequeña escala, o descompuestas en elementos capaces de recuperar ésta, que logran sanar los tejidos urbanos en los que se insertan, recuperando su equilibrio con la naturaleza y con la cultura local. 

El IX Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional ha sido otorgado a Fernando Martín Sanjuán, cuya obra, repartida por la ciudad de Écija, abarca tanto la restauración de edificios singulares, tales como los monumentales palacios ecijanos del siglo XVIII, como nuevas obras de sencillas casas para vivir, impregnadas todas del carácter de la ciudad: alturas, textura, materiales, tratamiento de fachadas y huecos. Estas casas llenan los vacíos producidos en la trama urbana, dando continuidad a sus calles y plazas de un modo ejemplarmente discreto.

El X Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional ha sido otorgado a Sergi Bastidas, quien ha trabajado principalmente en Mallorca, tanto en obra nueva como en rehabilitación, intentando utilizar siempre materiales y técnicas tradicionales. Tiene también un interés especial por integrar en sus edificios la identidad de los lugares a los que pertenecen. Los edificios que diseña parecen fundirse con el territorio en el que se implantan, gracias a su atención a la topografía, el clima, los materiales y las tradiciones constructivas locales, la forma en que históricamente se ha utilizado el lugar, la vegetación y el paisaje. Es por ello un gran defensor de los materiales de construcción más naturales y sostenibles, aquellos que además aportan calidez y humanidad a sus obras: la piedra, la cal, la madera, la caña, etc.

El XI Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional fue otorgado a Luis Rebelo de Andrade, arquitecto portugués con una amplia trayectoria en el diseño de obras de nueva planta y de rehabilitación, siempre con un interés singular en la integración de la identidad constructiva local y el paisaje en cada uno de sus proyectos. Gracias a un amplio conocimiento de los materiales locales, las tradiciones constructivas vernáculas y la historia de cada región, sus obras se integran de manera armoniosa con el entorno construido y natural. De su práctica profesional puede destacarse su compromiso con la creación de una arquitectura que no sólo sea funcional, sino que también refleje la esencia y los valores menos tangibles de los lugares en los que interviene.

Convocado, gracias a Richard H. Driehaus, por:

Con la colaboración de: